Un escape a los Llanos de Colombia… por primera vez

Escrito por Janice Perez

May 20, 2021

Yo soy de República Dominicana y sé que Colombia tiene mucho que ofrecer, y más si recorres por nuevos lugares. Para mi conocer los Llanos y visitar Villavicencio fué algo nuevo. Me demoré 4 años en ir por este lado del país pero definitivamente valió la pena. Los paisajes en el camino a Villavicencio son como una pintura difícil de explicar, mientras por todas las otras carreteras solo ves montañas aquí sientes ver el infinito de los Llanos. Nuestro recorrido desde Bogotá tenía como destino final el hotel llamado “Cinaruco Caney”, justo en el borde de las afueras de Villavicencio. Puedo con certeza decir que este lugar me sorprendió. 

A Villavicencio, y al hotel llegamos de noche, por salir de tarde desde Bogotá. Mi recomendación? Mientras más temprano puedan salir y evitar trancones mejor. Nuestra primera noche fué de descanso porque llegamos tarde, pero tuvimos la suerte de poder salir a cenar a un restaurante espectacular en Villavicencio, llamado “Bastimento”. Donde deleitamos un plato que hasta ahora puedo saborear de lo delicioso que estaba, el “Tomahawk”. Esa noche no comimos típico, pero comimos bueno!

Nuestro segundo día, al levantarnos, mi primera reacción fue abrir las puertas de la terraza de la habitación y sentarme ahí a disfrutar la hermosura de los Llanos, una vista que definitivamente impacta. Nos tomamos este día para descansar, disfrutar un poco las instalaciones del hotel (donde note que en cada rincón te encuentras con una hamaca para descansar) y salir a comer la famosa “Mamona”. Salimos del hotel y fuimos a un restaurante llamado “El amarradero del Mico”, que sin dudas fue una de las mejores recomendaciones que nos dieron. Con todas las ansias del mundo fuimos a probar este delicioso y emblemático plato en Villavicencio, y definitivamente fue sin remordimientos. ¡Es una delicia! Una ternera asada al estilo Llanero, como lo hacían antes. Es sin duda alguna un plato que volvería a comer muchas veces más. 

Nuestra tarde fue más tranquila, disfrutando en el hotel y en la comodidad de nuestra terraza privada. Mientras deleitamos una deliciosa copa de vino veíamos el atardecer como solo lo he visto en pocos lugares. 

Nuestro tercer y último día en el hotel Cinaruco Caney de Villavicencio, fue una experiencia increíble. Este día nos lo tomamos para realmente aprender de la cultura Llanera y la historia del hotel. El “Cinaruco Caney”, tiene una particularidad, y es que está completamente inspirado en la cultura Llanera. Toda la arquitectura es original y la sensación que percibes al estar ahí también lo es. Su sencillez te enamora y sus hamacas por doquier te incitan a descansar. De pocas habitaciones y con un estilo boutique, debo resaltar que todas tienen una hermosa terraza (no solo nuestra habitación) y la vista es lo que realmente te hace el día. Está situado en un terreno que se extiende por todos sus puntos. Mientras recorriamos las instalaciones tenía la sensación de que me perdía entre tanta naturaleza, tanta paz y tanta historia que guarda este lugar. En nuestra caminata disfrutamos de la flora autóctona y nos sorprendimos al encontrarnos con un hermoso riachuelo dentro de la propiedad. El hotel cuenta con múltiples espacios donde puedes simplemente sentarte a tomar la sombra bajo un árbol, hablar, tomarte un tinto o leer un libro mientras tu música de fondo es el sonido de los pajaritos. Nuestro recorrido terminó en la piscina, la cual está a unos pasos del salón común del hotel. Allí descansamos, disfrutamos del sol y nos deleitamos con el paisaje; y obvio nos bañamos en la piscina. 

Nuestro viaje a los llanos es sin duda uno que llevaré en la memoria y no olvidar la mamona, uno de los mejores platos típicos regionales que he probado! 

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